Donde hay buenas palabras, nacen buenas relaciones


La comunicación es una herramienta poderosa que moldea nuestras relaciones, nuestras comunidades y nuestra espiritualidad. En un mundo donde los malentendidos y la agresividad verbal son comunes, la Biblia ofrece principios sólidos para una comunicación efectiva y asertiva, que no solo transmite información, sino que también edifica, sana y refleja el carácter de Cristo.

¿Qué es la comunicación efectiva y asertiva?

  • Comunicación efectiva: es aquella que logra transmitir un mensaje claro, comprensible y completo, logrando el propósito deseado sin confusión.
  • Comunicación asertiva: es la habilidad de expresar pensamientos, sentimientos y necesidades de manera honesta, respetuosa y directa, sin agredir ni someterse.

Ambas son esenciales para una convivencia saludable. Y sorprendentemente, la Biblia tiene mucho que decir sobre cómo hablar, cuándo hablar y con qué actitud hacerlo.

1. Hablar con verdad y amor

«Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo.»
— Efesios 4:15

La comunicación asertiva no se trata de decir todo lo que pensamos sin filtro, sino de decir la verdad, sí, pero con amor. Jesús fue maestro en esto: firme, claro, pero siempre movido por compasión. En nuestras conversaciones, especialmente las difíciles, el equilibrio entre verdad y amor es esencial.

2. Ser prontos para oír, tardos para hablar

«Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse.»
— Santiago 1:19

Una comunicación efectiva comienza con una escucha activa. Muchos problemas se evitarían si estuviéramos más dispuestos a escuchar que a imponer nuestro punto de vista. Escuchar con atención es una forma de amar al prójimo.

3. Usar palabras que edifican

«Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.»
— Efesios 4:29

Las palabras tienen poder. Pueden herir o sanar, destruir o construir. La Biblia nos llama a ser conscientes del impacto de nuestras palabras. La comunicación asertiva no hiere, sino que busca construir puentes, no muros.

4. Evitar la contienda y la ira

«El siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido.»
— 2 Timoteo 2:24

La asertividad no es lo mismo que agresividad. No busca ganar discusiones, sino resolver conflictos con respeto y firmeza. Evitar la hostilidad, incluso cuando estamos en desacuerdo, es un mandato bíblico y un principio clave en la comunicación saludable.

5. Ser guiados por el Espíritu

«El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…»
— Gálatas 5:22–23

Cuando el Espíritu Santo gobierna nuestro corazón, nuestras palabras también son transformadas. La comunicación asertiva y efectiva, guiada por el Espíritu, se expresa con mansedumbre y dominio propio, incluso en medio del conflicto.

Conclusión

La Biblia no solo nos llama a hablar bien, sino a hablar con propósito, con amor y con sabiduría. La comunicación efectiva y asertiva no es solo una habilidad interpersonal, sino una manifestación del carácter cristiano. Al practicarla, damos testimonio del Evangelio y sembramos paz en nuestras relaciones.

En un mundo lleno de ruido y confrontación, seamos luz comunicando con claridad, verdad y compasión — como lo hizo Jesús.

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